cuidame

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miércoles, 25 de mayo de 2011

Los animales de compañía conviven y comparten la vida de las personas y se ven favorecidos por los beneficios que su dueño les reporta, pero también sufren los inconvenientes propios de la familia con la que viven.

Los perros nerviosos o depresivos casi siempre lo son por culpa de sus dueños. El animal en la ciudad depende totalmente de su dueño y su ambiente familiar los cuales lo afectan directamente. El perro o gato no es capaz de resolver por sí mismo una situación conflictiva. Cae en estados de nerviosismo si su dueño no le ayuda a adaptarse a las condiciones de vida en la ciudad.